Han pasado casi diez años desde el último título de la saga de Dragon Age, por lo que es comprensible el nivel de expectativa/hype que generó el solo hecho de saber que había un cuarto juego en desarrollo, con la consecuente montaña rusa de emociones por cada cosa que se iba revelando a cada tráiler y avance. Es así como la espera por el lanzamiento del título se volvió interminable, hasta finalmente poderlo jugar y experimentar de primera mano todo lo que nos ofrecía Bioware, para bien y para mal.
Con todo ello, veamos lo que nos aguarda en la última aventura de la saga para saber si por fin Bioware ha logrado sacarse la espina después de tener dos fracasos, con Anthem y Mass Effect: Andromeda, pues realmente se extraña un juego de calidad como a los que nos tenía acostumbrados el estudio.
La primera vez que tuve oportunidad de disfrutar el mundo de Dragon Age fue gracias a Inquisition, el tercer juego, un título extraordinario y justo merecedor del juego del año en su momento, que no solo me encantó, sino que me abrió las puertas para el lore y universo de la saga. Haciéndose obligatorio para mí tener que conocer cada detalle del mundo de Thedas, nombre del lugar donde suceden todos los eventos, pues la historia se volvía cada vez más interesante.
Lo bueno de cada juego es que, si bien existían en un mismo universo y línea temporal, vivían de manera independiente uno del otro, a excepción de algunos personajes importantes. Sin embargo, el caso con The Veilguard es algo distinto, pues nos pone 10 años después de los sucesos de Inquisition, siendo una semi secuela al enganchar con los eventos de cierre de aquel título, ya que los acontecimientos y sus personajes son los que guían el arranque de la nueva entrega.
Nada mal con ello, en absoluto, pero siempre es bueno que le des una repasada a los eventos pasados. Te recomendaría sobre todo al final de Inquisition y a sus DLCs; pues, aunque el juego hace un muy buen trabajo brindándote toda la información que necesitas, hay cosas de la historia que tienen un peso crucial que vas a disfrutar mucho más si ya conoces algunos de los puntos importantes de antemano. De igual forma, si no tienes idea de qué es Dragon Age, y este es tu primer título, el juego te lleva de la mano para que rápidamente te pongas al corriente.
Debes saber que el lore de Dragon Age es bastante extenso a estas alturas de la saga, con libros, juegos, cómics y hasta una serie en Netflix que expanden todo el mundo de Thedas, por lo que podrías sentirte abrumado si ves todo lo que tienes por ponerte al día, pero anda tranquilo que la historia y el título te lo ponen fácil.
De hecho, luego de un bastante bien implementado y detallado creador de personajes con una gran cantidad de opciones que te permitirán hacer de tu protagonista lo que desees, arrancas con tu personaje en una posada bajo la guía de Varric, un viejo enano conocido de los fanáticos de Dragon Age, quien con tu ayuda está formando un equipo para evitar que Solas, otro personaje importante del juego anterior, destruya el mundo, en pocas palabras.
Rápidamente las cosas salen peor de lo esperado, gracias a tu intervención, y te encontrarás enfrentando a dioses del mundo antiguo que han venido para tomar control de Thedas de la manera más terrible posible de imaginar.
Si has leído algunos de mis reviews, ya sabrás que acostumbro a revelar muy poco de la historia, pues espero que cada quien la disfrute a su ritmo y saque sus propias conclusiones; sin embargo, sí hay algunas cosas que es importante mencionar para tenerlas en cuenta.
Dragon Age: The Veilguard es un juego que se respalda mucho en el lore existente, por lo que expandir todo lo que conocemos, ya sea visitando algunos lugares antes desconocidos y que solo habíamos oído mencionar, o con la múltiple cantidad de texto que encontrarás a lo largo del juego, suma mucho a la experiencia y se siente que estamos agrandando y saciando parte de nuestra curiosidad por saber más de este mundo. Lo cual es un punto a favor del juego, así que, si estás ansioso por aprender más, ve tranquilo que vas a tener horas para incrementar tus conocimientos de Thedas.
Asimismo, como parte de todo buen juego de Bioware, la historia va cambiando a lo largo de su desarrollo acorde a las decisiones que vayas tomando en tu aventura, favoreciendo a ciertas facciones y enfrentándose a otras, así como diversas ramificaciones que pueden darse, y eso está bien. Como ya es costumbre esto se logra a través de un dial mediante el cual seleccionas tu respuesta, aunque lamentablemente en ocasiones no se siente como que lo que realmente quieres expresar según tu frase elegida es lo que sientes, algo que estaba mucho mejor logrado en otros títulos.
Por ejemplo, a veces prefieres optar por una respuesta más agresiva que denote que estás a punto de irte a los golpes con alguien, pero cuando la selecciones tu personaje reacciona de una manera mucho más diplomática de la que realmente esperabas, y así con diferentes tipos de acciones.
Para cerrar en cuanto a la historia, esta no decepciona y logra hacerse un lugar propio en la saga, pero flaquea en algunos aspectos que le dan forma, en el sentido de que el título muchas veces se siente que trata de ser mucho más accesible, encontrándonos con temas que no se sienten muy maduros, y diálogos realmente insulsos y tontos que rompen la inmersión al tener que escuchar como respuesta algo como un ¡uy que penita!, cuando se enteran de que el mundo que conocemos está por desaparecer.
Algo que quizá se extrañe un poco, es la configuración del mundo y como se ha ido moldeando a lo largo de los juegos gracias a nuestras decisiones, y es que en esta ocasión son pocas las opciones que tendrás de personalizarlo antes de empezar al título. Las cuales están relacionadas mayormente a la manera en cómo el Inquisidor, tu personaje del juego anterior, termina su aventura, el destino de la Inquisición y su relación respecto al final con Solas. Eso sí, hay que reconocer que se aprecia el detalle de poder personalizar al Inquisidor, de manera que puedas darle la forma que tuvo en la anterior aventura.
Ahora que ya hemos hablado de Dragon Age, su universo, y el lugar que tiene The Veilguard ahí, pasemos a otros aspectos que saltan a la luz.
Me permitiré empezar por los menos controversiales como la música y ambientación del juego, sobre las cuales te puedo comentar mantienen la calidad de siempre, con tonadas precisas en los momentos necesarios para poder estar acorde a la puesta en escena, con ritmos rápidos y más solemnes cuando lo amerita. De igual forma, la ambientación de los escenarios sigue siendo exquisita, con diferentes tipos de territorios para visitar, los cuales tienen sus propias particularidades, y aunque en esta ocasión tiene un diseño más lineal el juego, a diferencia de Inquisition que contaba con un enfoque de mapa semi abierto, deja suficiente espacio para la exploración y solución de diversos puzzles.
Ahora sí, uno de los puntos más controversiales, asumo que lo habrás adivinado, la parte visual del juego. Para empezar, vamos con lo objetivo. Dragon Age: The Veilguard tiene unos gráficos bastante bien detallados y pulidos, con personajes que parecen haber sido sacados de una película de Disney, sin decir si sea bueno o malo, pero los diferentes efectos en pantalla, el cabello (por más exagerado que pueda sonar), los detalles de los personajes luego de alguna golpiza y mucho más, denotan el cariño que Bioware ha puesto detrás del juego, siendo notorio que hay bastante trabajo detrás.
Lamentablemente las expresiones faciales se ven extrañas en muchas ocasiones, sobre todo la de tu personaje principal, quien gesticula de una manera rara al punto que puede llegar a romper la inmersión malogrando un poco la experiencia.
Entonces, si todo parece estar bien en líneas generales, ¿dónde está el punto controversial?
Pues este viene de la mano de las decisiones que se han tomado en el apartado visual del juego y su dirección artística. Dragon Age ha sido hasta ahora un juego de acción RPG de fantasía oscura que se caracterizaba por su tonalidad madura, lúgubre y en ocasiones grotesca, no guardándose nada para salvaguardar a tu estómago o corazón; sin embargo, en esta ocasión se ha dado un vuelco al título dándole una estética más vibrante, colorida, preciosista y limpia, que debo reconocer que personalmente me gusta, pero que puedo entender les rompa el corazón a muchos fanáticos.
El cambio es bastante notorio, más allá del incremento de polígonos, pues mientras en los juegos anteriores un demonio podía ser aterrador y parecía haber sido sacado del mismo infierno, en esta ocasión nos enfrentamos a versiones que tranquilamente podrían ser parte de cualquiera de las películas modernas de Disney.
En cuanto a mecánicas del juego hay varios aspectos que han cambiado. Para empezar el combate se siente más rápido y fluido, más notorio en algunas clases que otras, dejándonos escoger entre guerrero, mago o rogue y cuatro razas (humano, qunari, elfo o enano), las cuales podrás personalizar mucho más gracias a un sistema de mejoras por nivel en las cuales activaremos diferentes habilidades en un árbol que irá desbloqueando nuevas opciones y que nos obligará a tomar un rumbo de especialización determinado. Lo mismo se hace con los compañeros, aunque sus árboles son mucho más simples.
Antes de extendernos en los árboles, el combate también tiene la mecánica del parry, que hoy en día es casi un must en todo título de acción, lo cual, en líneas generales, y como para que te hagas una idea, hace sentir al título más hacia como es el nuevo God of War, y no tanto como en juegos de la saga Souls. En línea con la comparación con GOW, los personajes no se sienten tan pesados como Kratos, pero a la vez los golpes más violentos tampoco tienen la contundencia que se podía sentir con el dios de la guerra. En la suma esto tiene sus pros y contras, siendo lo menos atractivo que no sientes ese golpe visceral que tenía Kratos, con la sensación de que realmente estabas rompiendo carne y huesos, pero por el lado del gameplay hace del combate un baile más rápido y con un ritmo trepidante.
Las peleas son mucho más vistosas, con movimientos de los personajes bastante exagerados y una puesta en escena digna de una batalla épica, aunque sí hay que aclarar que a veces se siente algo cargada la imagen durante los combates, debido a la cantidad de indicadores que tiene el juego, pues ahora tiene hasta flechas de dirección que se visualizan cuando recibes un ataque a distancia.
Por otro lado, el título no te permitirá cambiar entre personajes como lo hacía antiguamente, lo cual es una verdadera pena, pues antes se podía experimentar diferentes clases a lo largo de nuestra aventura, para que veas con cual te sentías más satisfecho. En esta ocasión, si deseas cambiar de clases deberás reiniciar el título, aunque otra opción mucho más asequible es reiniciar tu árbol de habilidades para probar con diferentes combinaciones posibles, lo cual sigue estando ligado siempre a tu clase original. Lo bueno es que el reiniciar tus talentos no tiene costo adicional, así que podrás probarlo una y otra vez sin arrepentimientos, invitándote el juego a experimentar.
Otro aspecto de diseño en cuanto al combate es en lo referente a los combos, pues algunas habilidades aplican un efecto en los enemigos que luego podrás detonar con alguno de tus otros compañeros, lo cual añade una capa más estratégica a las peleas y a la configuración de tu equipo, al ser necesario saber cómo mejorar las habilidades de cada uno, para hacer un combate con bastante sincronía, aprovechando al máximo las combinaciones en lugar de solamente lanzar ataques uno tras otro. Asimismo, se cuenta con un sistema de detenimiento temporal del tiempo para asignar las diferentes habilidades que deben hacer tus compañeros, al propio estilo de Mass Effect.
En lo personal considero que el combate es adictivo, dinámico, fluido y con diversas opciones en el campo de batalla que hacen que cada enfrentamiento con cada clase cambie en su manera de adoptar la forma de enfrentarlos. Incluso, de las tres clases, quien parece haber ganado más con estos cambios es el guerrero, que ha pasado de ser un tanque a convertirse en el Capitán América, pues ahora cuenta con una habilidad de lanzado de escudo que se ve realmente genial.
Los puntos que no me gustaron fue que ahora tus compañeros son inmortales, quitándole la presión de tratar de mantenerlos en pie, lo cual siento rompe con la experiencia y la tensión que podrían tener algunos combates, agravando además a que en líneas generales la dificultad se siente poco retadora.
No voy a mentir, el título lo he jugado en la dificultad más alta y he muerto una buena cantidad de veces, pero aun así se siente fácil en líneas generales. Recuerdo que Dragon Age Inquisition era realmente castigador en su dificultad más elevada, habiendo tenido que jugar múltiples ocasiones algunas secciones para poder superarlas, con lo cual la satisfacción de vencer dichos obstáculos era mayor.
Como parte complementaria al combate no podían faltar los ítems, que abarcan tanto armaduras, armas y algunos adicionales especiales que mejoran características específicas. Aquí el título ha hecho las cosas bastante simples, haciendo que los ítems que tengas puedan ir mejorando, para lo cual deberás encontrar o comprar un duplicado del mismo. Además, también contarás con un taller en tu base a cargo de un simpático personaje, el cual podrás mejorar a través de un recurso llamado mementos que hallarás a lo largo del juego.
Un punto interesante es que aquí interviene el sistema de facciones, y es que en Dragon Age: The Veilguard cuentas con 6 tipos distintos de estas, como los exploradores del velo, los guardias grises, los vigías del duelo, los señores de la fortuna, los cuervos antivanos y los dragones sombríos. De hecho, al elegir tu personaje deberás también elegir a qué facción pertenecer, lo cual te otorgará algunos beneficios totalmente contextualizados al lore y al juego, un detalle simpático. Bueno, volviendo a los ítems, las tiendas de las diferentes regiones están ligadas a una facción, así que mientras mejor reputación tengas con ciertas facciones, las tiendas ligadas a esta te ofrecerán ítems en venta exclusivos. Esto es importante tener en cuenta pues cuando quieres mejorar algún ítem deberás fijarte qué tienda tiene una versión de ella para comprarla, y si requieres mejorar tu reputación con esa facción para que se habilite la opción en la tienda.
Solamente añadir un consejo acá, y es que siempre revises que tienda tiene el ítem que buscas, y trates de comprarlo lo más pronto posible, pues en algún momento vas a tener que tomar decisiones que harán que te opongas a alguna de las facciones, bloqueando cierto contenido relacionado a la misma.
Otro detalle genial del juego es el sistema de transmogrificación, el cual está presente desde un inicio y que funciona bastante bien debido a que lo único que debes hacer para cambiar estéticamente a tus ítems es encontrar otro ítem que copiar, o encontrar un plano de transmogrificación, por decirlo de alguna manera. Al no tener costo, esto hará que cuando encuentres un nuevo ítem que te guste, pero que sus estadísticas sean malas, puedas aplicar su diseño al mejor ítem, quedando el jugador satisfecho con tener lo mejor de ambos mundos.
Ahora, en cuanto a la exploración, ya te mencioné que The Veilguard a diferencia de Inquisition se ha vuelto en un mundo más lineal, pero Bioware se las ha arreglado para que cada región cuente con suficiente diversidad y amplitud como para que no te sientas que estás en una caja de zapatos, haciendo que explorar sea divertido para poder encontrar rutas secretas, ítems escondidos, mejores cofres, etc. Además, también contaremos con The Crossroads, o la Encrucijada, un lugar que estará lleno de Eluvians (espejos que sirven para transportarse entre zonas) los cuales podrás ir activando y así obteniendo acceso a nuevos lugares. No siempre tendrás que pasar por acá, pero te recomiendo que lo visites a detalle ya que encontrarás misiones bastante divertidas y que amplían y te dan un mejor entendimiento del mundo de Thedas y lo que está sucediendo.
Dragon Age: The Veilguard tiene muchas más cosas y pequeños detalles que hacen que el juego se disfrute bastante, teniendo en ocasiones que revisitar ciertas zonas para que con las nuevas habilidades de tu equipo logres alcanzar lugares antes inaccesibles, así que vas a tener regular por curiosear en Thedas.
Otro punto importante y creo que vale la pena mencionar es todo lo relacionado a temas DEI (diversidad, equidad e inclusión), pues se ha comentado mucho al respecto. Personalmente no sentí que el juego fuera una oda a ello o que me lo restregaba en la cara como mucho se ha comentado. De hecho, hasta es extraño que se haya hecho tanto alboroto sobre esto pues Dragon Age siempre se ha caracterizado por tener opciones de poder llevar relaciones románticas con quien prefieras de tus compañeros indiferentemente de su identidad.
En general todos estos aspectos son opcionales, no es tu obligación enamorar a quien no quieras o utilizar las preferencias de identidad, simplemente las tomas si deseas y punto. Asimismo, puede haber personajes que tengan otro tipo de preferencias, como ya han existido antes en Dragon Age, nada nuevo aquí, pero supongo que es más fácil conseguir clics y comentarios haciendo una tormenta de un tema que lamentablemente se ha vuelto tan morboso y a la vez desvirtuado tanto de su objetivo original.
Para cerrar sobre esto y no extenderme más, solamente te puedo decir que en cuanto a inclusión también tienes opción de que tu protagonista tenga vitiligo o que hallarás a otros personajes importantes con discapacidades, como Neve Gallus, una de tus compañeras más interesantes, quien utiliza una pierna ortopédica genial, a la cual incluso los desarrolladores han tenido el detalle de que suene distinto en cada pisada como sería en la realidad. De seguro poco habrás escuchado de esto ya que no genera tanta controversia, pero no deja de ser inclusivo con grupos menos representados.
Ya para ir cerrando quiero comentar que tuve la oportunidad de disfrutar Dragon Age: The Veilguard en PC, así que es necesario hablar un poco de esta versión en la plataforma y su rendimiento. En pocas palabras te puedo decir que esta entrega es un bicho raro en el mundo de las PCs pues ha salido con un nivel de pulido y optimización increíble. El juego corre de las mil maravillas y cuenta con opciones de PC que siempre son necesarias y que usualmente muchos títulos no incluyen. Bioware ha sido muy cuidadoso con esta versión y no se siente para nada como si fuera una opción menor comparada con sus hermanas de consola, sino que realmente se convierte en la versión definitiva si tienes un sistema en el cual puedas correrlo con todas las configuraciones al máximo. Además, el juego se encuentra adaptado a ratón y teclado, pero, al menos en mi experiencia, es mucho más satisfactorio con un mando.
Finalmente, haciendo una suma de aciertos y fallas, me quedo con que si bien Dragon Age: The Veilguard termina sintiéndose como un juego que rompe con muchos de los cánones de la saga, apartándose de su estilo más maduro y sombrío, alejando quizá a algunos de los fanáticos acérrimos, logra valerse por sí mismo en el resultado final. Es un título de acción RPG divertido, frenético, que se imbuye en todo el lore del universo de Thedas en una historia interesante y logra darnos más a quienes estamos ansiosos por expandir nuestro conocimiento de este mundo. Su nivel de pulido, optimización, detalles y diseño en los detalles nos habla de que ha habido bastante trabajo por parte de Bioware detrás; y si bien entiendo que el apartado visual y su diseño no es del agrado de todos, personalmente me gusta, sigo pensando qué hubiera podido pasar si seguían en esa misma línea con la tecnología de hoy en día; aun así, es una decisión del estudio que ha cambiado la saga para el futuro para bien o para mal, y es algo con lo que vamos a tener que vivir. Mi mejor recomendación es que lo pruebes de primera mano, pues es un título que de todas maneras vale la pena experimentar por uno mismo.
Esta reseña fue escrita luego de jugar una copia digital de Dragon Age: The Veilguard brindada por Electronic Arts para PC.
PUNTOS BUENOS
Combate divertido. Muy bien pulido en sus mecánicas. Expande el Lore de Dragon Age. Gran performance en PC. Personalización del personaje. Exploración.PUNTOS MALOS
Animaciones faciales terribles. En ocasiones los diálogos parecen escritos para un niño. Pérdida de su tono más sombrío. No poder usar a tus compañeros. Se siente fácil.CONCLUSIÓN
Dragon Age: The Veilguard cambia algunas cosas en la saga, modificaciones que pueden ser bastante disruptivas, quizá siendo la pérdida de su tono sombrío y maduro lo más notorio, pero el corazón de Thedas sigue ahí esperando que lo explores en una aventura que te va a mantener enganchado por una buena cantidad de horas, luciendo ahora un combate vistoso, rápido, dinámico con mucho por explorar.