Después de un fin de semana dedicado a la beta multijugador de Call of Duty: Modern Warfare III, sorprendentemente hay más de lo que había esperado encontrar. Después de todo, según filtraciones y rumores, el Call of Duty de este año había sido pensado como una expansión del Modern Warfare II del año pasado, con una nueva campaña y mapas multijugador remasterizados del Modern Warfare 2 original de 2009.
Si bien lo que probamos en esta primera beta no es algo que refute necesatiamente los rumores previos, es evidente que Sledgammer Games está intentando brindarnos una experiencia bastante interesante. De los cinco mapas disponibles, cuatro son clásicos de Modern Warfare 2, reconstruidos con cariño y con efectos visuales actualizados para el nuevo juego.
Pero aquí está el giro: mientras que la mayoría de nosotros esperábamos que Modern Warfare III mantuviera el mismo estilo de juego que Modern Warfare II, el equipo de Sledgehammer Games ha decidido mezclar las cosas de nuevo. Tal vez sea la presión de los fans -a muchos jugadores no les gustó el estilo más lento y táctico del COD del año pasado-, pero el movimiento es sustancialmente más rápido, con más oportunidades de encadenar deslizamientos y saltos acrobáticos sobre salientes y a través de ventanas abiertas. En cierto modo, se acerca mucho más a lo que muchos fans consideran la sensación «clásica» de Call of Duty.
Jugando en viejos mapas favoritos como Rust, Favela y Estate, vuelves a los días de gloria de la era original de Modern Warfare/Black Ops. La acción fluye a un ritmo increíblemente rápido, y los tiroteos se deciden a menudo en una fracción de segundo. El tiempo para matar -el tiempo que transcurre entre el momento en que empiezas a disparar y el momento en que tu objetivo cae al suelo- ha aumentado ligeramente con respecto a Modern Warfare II, pero sólo en la medida en que un jugador inteligente y rápido tiene la posibilidad de sobrevivir a uno o dos disparos. En ese sentido, el nuevo Call of Duty es tan brutal con los jugadores lentos o inexpertos como los anteriores.
Hasta cierto punto, la mezcla de velocidad y mapas clásicos de COD es algo bueno. Modern Warfare III es tan emocionante, implacable y arrollador como puedas desear. Acción sin pausa, pero también caos. Por ejemplo, existen buenas razones por las que tantos fans de COD adoran Rust, ya que jugar Deathmatch dentro oscila entre la carnicería descontrolada y los baños de sangre unilaterales.
También pasa algo con las armas. En los últimos títulos de Call of Duty, las diferentes armas han tenido una sensación mucho más identificable, con su propio manejo, su propio sonido y su propio retroceso distintivo. Aquí, todos los rifles de asalto, escopetas o SMG se sienten iguales, incluso con un sistema de armero ridículamente amplio con el que puedes personalizarlo todo, desde las miras hasta las empuñaduras y el cañón. Está claro que seleccionar diferentes armas y añadir opciones personalizadas influye en las estadísticas que rigen el daño, los tiempos de recarga y todo lo demás, pero, a pesar de ello, no es suficiente.
¿Y los modos? Bueno, aquí estamos hablando de clásicos bien establecidos más que de algo nuevo o vagamente innovador. Deathmatch por equipos sigue siendo el núcleo de Modern Warfare III, pero Kill Confirmed, en el que solo obtienes la puntuación completa por una muerte cuando recuperas las placas del jugador, funciona mejor para desalentar a los tediosos campers y los francotiradores de largo alcance.
Domination, en el que luchas por tres puntos control, tiene potencial, pero no funciona tan bien en algunos de los mapas más pequeños y centrados en la acción de Modern Warfare III. Puede que te encante en Skidrow o Estate, pero no funciona de la misma manera en Favela o Rust. Hardpoint es la clásica batalla a la carrera para conseguir y mantener un objetivo, que cambia cada 60 segundos.
En cuanto a Ground War en Popov Power, de momento no termina de encajar. Se trata de una versión a gran escala de Domination que se juega con equipos de hasta 32 jugadores y, con los mapas adecuados y un sólido trabajo en equipo, puede ser muy divertido. Sin embargo, como comentaba, Popov Power parece un mapa de Domination con algunos puntos de control adicionales, pero sin mayor interés. Puedes subirte a vehículos blindados, pero no hay suficiente escala para que merezca la pena el esfuerzo, mientras que es difícil conseguir que un equipo se centre en el objetivo principal cuando podrían estar persiguiendo francotiradores fáciles y matando lobos en solitario.
Mientras todo esto sucede en los combates, Sledgehammer Games también ha cambiado las cosas entre bastidores, pasando del sistema clásico de tres perks seleccionables que puedes asignar a tu guerrero para darle ventaja en combate, a cuatro ventajas que ahora se otorgan al llevar específicos y diversos chalecos, botas, guantes y equipo. Estos objetos deben desbloquearse ganando XP en el juego y subiendo de nivel. No se trata de un gran cambio con respecto a lo que teníamos antes, pero es difícil saber si tendrá alguna repercusión o si se trata simplemente de cambiar por cambiar.
¿Va a ser este un gran año para Call of Duty? Puede que sí. Los mapas y las sensaciones clásicas van a gustar a mucha gente, tanto para veteranos como para novatos. También tenemos la nueva campaña que esperar, por no mencionar el siempre popular modo Zombis y un nuevo mapa para Warzone. Aun así, da la sensación de que Sledgehammer todavía tiene que pulir y equilibrar algunas cosas. Apostar fuerte por la nostalgia solo llevará a Modern Warfare III hasta cierto punto; la idea será conseguir que laa mezcla de vanguardia y retro funcione por completo.