La saga Silent Hill, históricamente ligada al inquietante pueblo estadounidense que le da nombre, ha comenzado a romper con su propia tradición. Con Silent Hill f, Konami y el estudio Neobards trasladaron el horror a un pequeño pueblo japonés, una decisión que abrió la puerta a nuevas posibilidades creativas dentro de la franquicia.
En una entrevista, el productor de la serie Motoi Okamoto expresó su interés en explorar escenarios aún más inusuales en futuras entregas, alejándose tanto de Silent Hill como de Ebisugaoka. Entre las opciones que mencionó se encuentran Centroamérica y Sudamérica, regiones ricas en mitología y creencias locales que podrían dar lugar a historias de terror muy distintas a las vistas hasta ahora.
Okamoto también señaló que Rusia, Italia y Corea del Sur son candidatos potenciales para ambientar futuros juegos. Según el productor, estas regiones cuentan con sistemas de creencias únicos y folclore propio, lo que permitiría expandir los conceptos de la saga y ofrecer experiencias más diversas dentro del horror psicológico característico de Silent Hill.
Otro punto que destacó fue el trasfondo histórico y político de estos lugares. Okamoto explicó que los golpes de Estado, gobiernos militares y tensiones sociales vividas en estas regiones han generado un folclore particular, marcado por elementos como el machismo, la bravura y las creencias chamánicas, ingredientes ideales para construir relatos perturbadores.

No obstante, el productor reconoció que llevar Silent Hill a estas regiones supone un gran desafío, especialmente en Centro y Sudamérica, debido a la escasez de estudios de desarrollo capaces de manejar una franquicia de esta magnitud. Aun así, el lanzamiento de Silent Hill f este año y el remake de Silent Hill 2 en 2024 confirman el fuerte compromiso de Konami con el regreso de la saga, que ya se encuentra disponible en PC, PS5 y Xbox Series X/S.





