La Cantina de Mos Eisley marcó nuestro primer paso colectivo hacia una galaxia más amplia, repleta de criminales, cazadores de recompensas y carismáticos contrabandistas. En ese sentido, aunque Star Wars se centra en el eterno conflicto entre los Jedi y los Sith, las historias de aquellos que intentan abrirse camino en el universo son igualmente cautivadoras, y a menudo aún más. Y Massive Entertainment parece estar de acuerdo con eso, optando por un enfoque menos civilizado al elegir un bláster y una lengua afilada en lugar de un arma más refinada. Es en este contexto que llega a nuestras manos Star Wars Outlaws, un juego de acción y aventura en mundo abierto que cumple con su propósito, pero que igual deja un espacio bastante abierto a potenciales mejoras.
En el inframundo criminal hay distintos niveles, y es aquí dónde encontramos a nuestra protagonista, Kay Vess, en el escalón más bajo. Realizando trabajos menores en la ciudad casino de Canto Bight, Kay y su adorable compañera cuadrúpeda, Nix, se ven en una situación desesperada, necesitando cumplir con éxito un gran golpe para saldar las deudas de Kay. Lamentablemente, ese trabajo implica enfrentarse a Sliro, el extremadamente rico jefe del nuevo sindicato, Zerek Besh. Como podrías asumir, el plan fracasa y Kay termina escapando junto a Nix, una nave antigua y una marca de muerte sobre su cabeza.
Sumida en las profundidades del inframundo galáctico, Kay se ve obligada a evolucionar de ser una simple ladrona callejera a una astuta y hábil rebelde si quiere quitarse la marca de muerte. Su plan es simple: reclutar un equipo, robar 157 millones de créditos de la bóveda de Sliro en Canto Bight y luego escapar hacia las estrellas. El problema es que, después del primer intento fallido, apenas logró escapar de Zerek Besh y ha aterrizado de emergencia en la luna Toshara. Pronto Kay se ve inmersa en la acción ya que es bastante hábil con los bláster.
El sistema de disparo es básico, pero sigue siendo divertido. Aunque puedes usar temporalmente diferentes blásters obtenidos de enemigos o encontrados en el entorno, como el icónico E-11 de un Stormtrooper, el bláster de Kay es el único arma permanente del juego. La pistola modular ofrece tres modos de disparo: bláster, iónico y pesado, cada uno con aplicaciones específicas para combate y exploración. Las variaciones de cada modo se desbloquean mediante un banco de artesanía a medida que avanzas en el juego, lo que afecta la velocidad de disparo y el efecto.
El bláster de Kay ofrece un buen peso y retroalimentación, pero un arma secundaria hubiera sido apreciada para mantener un mejor ritmo en los encuentros. Del mismo modo, Kay dispone de una habilidad de disparo rápido que, al activarse, ralentiza el tiempo para permitirte apuntar a hasta tres enemigos y eliminarlos instantáneamente, lo cual resulta útil en situaciones críticas.
Este bláster multifunción también incluye una opción de aturdimiento no letal, que resulta crucial cuando se necesita un enfoque más sigiloso. Moverse furtivamente por las bases enemigas sigue el patrón clásico de esconderse en áreas verdes o infiltrarse a través de ventilaciones, con Nix brindando su continua ayuda. Al mantener presionado L1, puedes dar instrucciones a Nix para distraer o atacar a los guardias, recoger llaves, presionar botones y recuperar armas. Cabe señalar que la mayoría de las secciones de sigilo ofrecen varias rutas y opciones, y suelen surgir con excesiva frecuencia.
Nunca me incomodó que Kay se agachara y empezara a susurrar para adoptar un enfoque sigiloso, pero sí me molestó las constantes misiones del tipo «no levantar la alarma». Las misiones de sigilo del tipo «one hit kill» son obsoletas y frustrantes cuando ocurren, y aún más cuando se repiten varias veces. En ese sentido, tenerlas presentes me daban cierta sensación de pesadez y de no querer continuar. Incluso, un momento hacia el final del juego fue tan frustrante que tuve que dejar mi control por un tiempo.
Las puertas cerradas y los terminales protegidos intentarán ralentizar tu avance, es aquí dónde la apertura de cerraduras, mediante un «datalink», se presenta como un minijuego de ritmo donde debes presionar el gatillo para sincronizarte con los sonidos, mientras que el hackeo es esencialmente un juego rápido de Wordle, pero con formas espaciales. Y, para serte sincero, me parecieron tediosos. No son trabajosos de hacer, pero al igual que con los muchos otros elementos del juego, siento que hay una gran cantidad de mecánicas que no juegan en favor del ritmo del juego.
Entre tiroteos y movimientos sigilosos, tendrás la oportunidad de explorar ruinas antiguas, naves abandonadas y, en un momento, el interior de un Sarlacc. Lamentablemente, Star Wars Outlaws no presenta avances significativos en plataformas en tercera persona; todo se reduce a usar un gancho y una gran fuerza en la parte superior del cuerpo para moverte por los entornos. Aún así debo señalar que explorar resulta en una sensación agradable, y eso por lo menos está bien.
La historia llevará a Kay a cinco planetas: Cantonica, Tatooine, Akiva, Kijimi y la recién creada Toshara. Cada mundo es único y distintivo, variando en diseño visual, tamaño y escala. Mientras las amplias sabanas de Toshara están llenas de colores vibrantes y vida silvestre, las ciudades nevadas en Kijimi son compactas y densas. Demasiado grandes para recorrer a pie, Kay utiliza una speeder. Aunque su utilidad no se puede negar, la moto no es el vehículo más emocionante para manejar. Puedes desbloquear un impulso y un salto para hacer tus viajes más entretenidos, y usar Adrenaline Rush para despachar a cualquier perseguidor, convirtiendo eventualmente tu medio de transporte en algo más que un simple vehículo y así sazonar un poco más las cosas.
El principal desafío de Kay es el Trailblazer. En vez de abordar la nave y entrar en una cinemática, el viaje entre planetas se juega de manera activa. Al despegar hacia el espacio, tienes el control completo para manejar el carguero y participar en combates espaciales. Aunque es positivo que el Trailblazer sea pilotable para completar la experiencia, desde un punto de vista mecánico resulta poco interesante. Controlar la nave se siente impreciso y el combate es bastante básico. Al igual que con el speeder, hay algunas mejoras que enriquecen la experiencia de pilotaje, pero nunca lo suficiente como para que me sintiera atraído por la cabina.
Desbloquear nuevas habilidades implica buscar a Expertos en lugar de asignar puntos en un árbol de habilidades. Comenzando con un rumor o consejo, tendrás que encontrar a un mecánico de speeders para trabajar en tu moto, a un pistolero para aprender una nueva técnica o a un elegante jugador para mejorar tu habilidad en Sabacc. Cada Experto te otorgará acceso a una nueva habilidad o equipo tras completar una serie de misiones, y todos los desbloqueos posteriores estarán relacionados con el uso de esa habilidad. Este sistema te involucra activamente en tu progreso, dándote objetivos que alcanzar antes de recompensarte con algo tangible. Además, es temáticamente adecuado, ya que Kay es una novata, y ¿qué sería de ella sin una historia detrás de cada hazaña?
Aunque estos planetas presentan amplios espacios abiertos para explorar, también están llenos de diversos puestos avanzados, ciudades y pueblos repletos de actividades y vida. Te moverás entre multitudes en el mercado de Akiva, esquivarás a gánsteres y matones en la Cantina de Mos Eisley, y te abrirás paso a través de un control imperial en Toshara, mientras los habitantes locales son acosados por Stormtroopers, regatean con mercaderes y apuestan en las carreras de Fathier. Ese elemento futurista desgastada en la arquitectura y el paisaje es inmediatamente reconocible como parte del universo de Star Wars, pero es al recorrer las calles concurridas cuando realmente se siente como un lugar vivo y vibrante dentro de esta conocida galaxia.
Cada una de las ciudades que explores estará bajo el control de una o más de las cuatro principales facciones de sindicato con las que Kay deberá interactuar, tanto colaborando como enfrentándose a ellas. El primer grupo que encontrarás en Toshara es el Syndicate Pyke, dedicado a la minería de especias y dirigido por el lugarteniente Gorak. Luego te toparás con los enigmáticos Crimson Dawn, liderados por Qi’ra, el clan Melitto Ashiga, con mente colmena, y el Cartel Hutt. A lo largo de la historia principal, te introducirán a cada una de estas organizaciones, frecuentemente encargándote tareas a cambio de favores o para resolver problemas. Un sistema de reputación te permite estrechar lazos con una facción manteniéndote leal y completando misiones para ellos, dándote acceso a sus bastiones y recompensándote con descuentos, recursos y cosméticos. En cambio, si trabajas contra un clan, se volverán cada vez más hostiles contigo.
Debo decir que disfruté la interacción entre las cuatro familias criminales y decidir a quién aliar mi speeder, aunque algunos podrían sentirse decepcionados al saber que estas actividades están casi completamente separadas de la narrativa principal. Aunque las facciones influyen en la trama, sus actividades se presentan como una rama adicional de la historia abordada mediante objetivos de mundo abierto. Para mí, esto proporcionó una razón para seguir jugando después de completar la trama principal, pero me quedó el deseo de una mayor integración con la historia central.
A pesar de esto, el viaje principal está lleno de giros, traiciones y sorpresas sin la participación de los sindicatos. El elenco de apoyo es sólido, destacando especialmente el droide comando ND-5. A medida que la tripulación crece, también lo hace la intriga, con una trama más amplia desarrollándose a medida que te acercas al punto de no retorno en Cantonica. La historia se enfoca bien en su propio rincón del universo Star Wars, evitando vínculos innecesarios con el mito más amplio, salvo un cameo gratuito al final del juego que parece un añadido forzado. En ese sentido, a pesar de algunos fallos, el viaje de Kay hacia la libertad resulta ser una experiencia interesante de casi 15 horas.
Definitivamente, Outlaws te resultará familiar porque en esencia es familiar, para cualquier que haya consumido Star Wars en su vida. La mecánica de disparos está bien, la estructura de misiones está ok, los mecanismos de sigilo son algo tiesos y aburridos, y la travesía sobre las zonas del mapa pueden llegar a ser divertidas, a pesar del mal ritmo que tiene la progresión de la historia. Aunque los componentes de Star Wars Outlaws son aceptables en distintos grados, juntos logran ser más que la suma de sus partes. Esta interpretación del universo de ciencia ficción y fantasía es auténtica e inmersiva, y definitivamente da sentido al nacimiento de una nueva franquicia, solo espero que para la potencial secuela se resuelvan esos elementos que la alejan de ser un sólido título de mundo abierto.
Esta review fue escrita luego de jugar una copia digital de Star Wars Outlaws para PlayStation 5 brindada por Ubisoft.
PUNTOS BUENOS
La mecánica de disparos es entretenida, aunque un poco ligera. La exploración y las plataformas son sólidos. Mundos abiertos e inmersivos. Excelentes opciones de calidad de vida.PUNTOS MALOS
El sigilo se siente bastante forzado. La jugabilidad con la nave es monótona. Diversos problemas técnicos.CONCLUSIÓN
Desde un punto de vista mecánico, Star Wars Outlaws no te llevará a velocidades de hiperespacio, pero, a pesar de su falta de innovación, hay muchas cosas positivas por encontrar en sus elaborados mundos.