Hellblade: Senua’s Sacrifice, lanzado por Ninja Theory en 2017, fue una experiencia intensa, perturbadora y emotiva. Siguiendo el angustiante descenso de su protagonista hacia un reino infernal creado tanto por su mente como por los ásperos paisajes nórdicos que la rodean, el título logró fusionar de manera excepcional la interactivo con temas profundos, lo que lo convirtió en un logro bastante destacado en su momento. Al combinar una detallada exploración de la salud mental, un sonido 3D totalmente envolvente, además de animaciones y actuaciones detalladas, el título original dejó una impresión más que duradera. Senua, marcada por su búsqueda para aceptar la muerte de su amado, parecía invitar a los jugadores a acompañarla en su camino hacia adelante en pos de descubrir nuevas historias.
En contraste, Senua’s Saga: Hellblade II de Ninja Theory en 2024 no sigue el rumbo que muchos esperaban. Mientras que Senua’s Sacrifice se destacó por su enfoque íntimo y singular, Senua’s Saga traslada a la heroína a tierras extranjeras y amplía las alegorías de la psicosis a proporciones épicas. Ahora, Senua debe enfrentarse a gigantes legendarios en los páramos escarpados en la Islandia del siglo X, reclutando seguidores en su camino. Aunque la trama parece girar en torno al deseo de venganza de Senua contra aquellos que dañaron a su pueblo, los verdaderos objetivos emocionales del juego hacen que el quién, qué y dónde pasen a un segundo plano.
Senua’s Saga presenta una relación más ambigua con las alegorías y los temas que su predecesora, a menudo alternando entre narrativas directas e indirectas de manera incómoda. Aunque el juego se presenta como una experiencia cinemática, su falta de interés en el nuevo entorno de Senua y en los personajes secundarios más allá de su función básica afecta su impacto emocional. Tanto asi que en muchos momentos de Senua’s Saga, la protagonista avanza sin más mientras los otros personajes exponen detalles relevantes. Estos elementos forman la base del tema del juego, pero se presentan de manera tan mecánica y directa que incluso las revelaciones más impactantes carecen de fuerza. En ese sentido, es triste tomar cuenta de que la atención cuidadosa que se observó en Senua’s Sacrifice está ausente aquí, lo que añade menos tensión a la experiencia en conjunto.




Esto refleja el enfoque de Ninja Theory hacia el gameplay en esta secuela, que sugiere que hay pocas mejoras. El viaje de Senua por Islandia se caracteriza principalmente por animaciones lentas y una resolución de acertijos visualmente básica, interrumpida por combates cinéticos. En su mayor parte, es una repetición del gameplay central de Sacrifice y eso podría ser suficiente, solo que con un mayor presupuesto se esperaba algo más allá de lo meramente visual. Aunque quienes disfrutaron de la simplicidad refinada de los combates cuerpo a cuerpo del juego anterior verán con agrado su regreso aquí. Otro detalle algo triste es que la falta de entusiasmo por parte de los enemigos y la lenta ejecución de las acciones disminuyen su impacto, justo cuando se busca lo contario.
El regreso de los acertijos de línea de visión también es motivo de controversia, aunque al menos estos se ven reforzados con la habilidad de Senua para cambiar partes del entorno usando puntos de enfoque de otro mundo. Estos momentos suelen ser visualmente impresionantes pero inertes debido a la linealidad en sus resultados. En ese sentido, hay muy poco en Senua’s Saga que requiera tu consideración. Muchos juegos autodenominados cinematográficos han sufrido por problemas menos graves que este, pero el caso de Senua’s Saga es especialmente desalentador debido a su proximidad con la grandeza.
Pero por todo lo malo, existen sí momentos de brillantez. Vemos una secuencia contra jefe que aprovecha cada aspecto de la experincia de Ninja Theory para crear un momento realmente impresionante de catarsis visual y sonoro, a pesar de su simplicidad mecánica.
Senua’s Saga: Hellblade II destaca por su aspecto visual, la amplitud y profundidad de su fidelidad a menudo adentra al jugador en una extraña inquietud etérea. Si bien Ninja Theory ya había demostrado su maestría en la captura facial con el primer título, aquí se presenta un mundo ricamente texturizado que recompensa los esfuerzos del mapeo del mundo real y el desarrollo de la tecnología.




Los impresionantes paisajes sonoros 3D binaurales de Ninja Theory, junto con el trabajo vocal correspondiente, continúan siendo incomparables. El juego recomienda el uso de auriculares antes de jugar, y sería un error no seguir este consejo, dada la calidad del diseño de sonido y la inmersión que proporciona. Las voces de Senua están de vuelta con toda su fuerza, moviéndose de un lado a otro de manera perturbadora y absorbente, mientras el paisaje sonoro completo de los páramos de Islandia susurra a tu alrededor. Toda esa sensación es un truco de magia que aún despierta asombro, aunque, como cualquier truco visto previamente, no puedes evitar pensar «esto ya lo he visto antes».
Por cada aspecto destacable de Senua’s Saga: Hellblade II, hay una mejor versión en su predecesor, y las nuevas adiciones nunca alcanzan su máximo potencial. Aunque está elaborado meticulosamente, resulta desalentador; sus reflexiones sobre la condición humana son aceptables, pero carecen de la profundidad necesaria. Senua’s Sacrifice fue una experiencia vibrante que, dentro de sus limitaciones y enfoque, logró ofrecer una reflexión poderosa y coherente sobre las emociones a través de sus sistemas. Por otro lado, Senua’s Saga es indudablemente hermosa y bien intencionada, pero se preocupa excesivamente por su propio reflejo cayendo en los elementos más superficiales de la experiencia.

Esta reseña fue escrita luego de jugar una copia digital de Senua’s Saga: Hellblade II brindada por Microsoft para Xbox Series X
PUNTOS BUENOS
Mundo y personajes bellamente renderizados. Impresionante diseño de sonido.PUNTOS MALOS
La jugabilidad es poco desarrollada, poco atractiva y poco interesante. La narrativa se siente poco desarrollada. Superficial. El ritmo de juego es nefasto.CONCLUSIÓN
Senua’s Saga: Hellblade II destaca por su impresionante fidelidad visual y experiencia auditiva, pero pierde la chance de generar una identidad clara debido a sus torpes elementos jugables y a ideas que no ayudan a elevar la experiencia.