Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven

En una época en la que Square comenzaba a mostrar atisbos de querer dominar la industria de los videojuegos con su saga Final Fantasy, la compañía se animó a intentar dominar el mercado de los RPGs con una nueva franquicia: SaGa. Creada por Akitoshi Kawazu, game designer en los dos primeros Final Fantasy, esta saga no tardó en atraer un público bastante sólido entre los entusiastas del rol en Japón por sus innovadoras mecánicas.

No obstante, todo llegó a su cúspide con Romancing SaGa 2, quinta entrega de la serie principal y segunda de la subserie “Romancing”, que salió al mercado nipón en 1993 para Super Famicom. Y mencionamos a la versión japonesa de la consola porque, lamentablemente, este título no llegó a Occidente como tantos otros RPGs japoneses de aquella época tales como Dragon Quest, Star Ocean, Tales of Phantasia y más.

Este videojuego rompió muchos de los tropos del género a nivel de diseño de juego en aquella época y propuso un nuevo acercamiento a la exploración, el combate por turnos y hasta el progreso de la historia y de los personajes.

Si bien Romancing SaGa 2 obtuvo una remasterización hace algunos años a cargo de ArtePiazza con la que los occidentales finalmente pudimos disfrutarlo, lo cierto es que pasó un tanto sin pena ni gloria en una industria cada vez más saturada de obras con un acabado mucho más moderno.

No obstante, reconociendo su valía y rol histórico en el género, Square Enix decidió darle una nueva oportunidad al título con Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven, remake para la nueva generación de videojuegos que adapta todo lo visto en el título de 1993 a un título con las sensibilidades y la estética de la industria en la actualidad.

¿Será esta la versión definitiva para gozar de este clásico japonés? ¿Seguirá estando a la altura más de 30 años después? A continuación te lo contamos.

El Imperio de Avalon contra los Siete Héroes

La historia de Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven nos sitúa en el continente de Varennes. En el pasado, este mundo fue invadido por demonios y monstruos que lo dejaron al borde de su extinción. Cuando todo parecía perdido, siete héroes emergieron de entre la oscuridad para acabar con esta amenaza y lograron restaurar la paz para todos los habitantes de esta tierra. Tras esta hazaña, estos enigmáticos personajes desaparecieron sin dejar rastro alguno.

Mil años después, los legendarios siete héroes de Varennes reaparecen pero ya no son aquellos valerosos guerreros que salvaron el mundo. Corrompidos por la oscuridad, este grupo ahora lidera a los demonios y monstruos que alguna vez erradicaron con la intención de acabar con todo y gobernar sobre los restos de la destrucción que dejan a su paso. Leon, emperador de Avalon, decide hacerle frente a estos villanos luego de que uno de estos asesinara a su hijo mayor Victor, pero el gobernante también cae en combate.

Es así como Gerard, su hijo menor y único heredero al trono que queda, decide tomar la misión de eliminar a los siete héroes apoyado por los conocimientos de su padre, el cual conjura un hechizo para transferirle sus recuerdos y experiencia en combate antes de morir. Con el legado de su progenitor y el apoyo de su séquito, Gerard se propone a expandir el imperio por todo Varennes mientras gana más aliados para cumplir su objetivo.

Evidentemente, esto no será tarea fácil. Los siete héroes son guerreros extremadamente poderosos capaces de acabar con cualquiera que siquiera se plantee hacerles frente, por lo que la cruzada para acabar con ellos no podrá lograrse solo en el tiempo de Gerard. Varios siglos tendrán que pasar y nuevos emperadores y emperatrices tomarán la batuta para seguir expandiendo el territorio del Imperio, todo para poder purgar a Varennes de estos guerreros caídos en desgracia.

El argumento de Romancing SaGa 2 es un giro interesante a la clásica historia del mundo de fantasía liberado por un grupo de elegidos. El hecho de que los salvadores regresen, corrompidos por la maldad, y que ahora busquen acabar con todo le brindan una frescura bastante apreciada y, sobre todo, si consideramos que es la misma trama del clásico de 1993.

Una diferencia notable entre este remake y su material original es que ahora tenemos un mayor entendimiento del trasfondo de los siete héroes gracias a unos flashbacks que podemos hallar a lo largo de la aventura. Kzinssie, Subier, Dantarg, Noel, Bokhohn, Rocbouquet y Wagnas ahora tiene mucho más matices al conocer sus respectivas historias, lo cual te permite entender de alguna forma el porqué fueron corrompidos por la maldad.

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En cuanto al elenco protagónico, es aquí donde podemos encontrar una de las falencias del videojuego. Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven empieza con pie derecho con Gerard, el cual busca vengar a su hermano mayor y a su padre quienes fueron asesinados por los Siete Héroes.

Este personaje tiene un carácter bien definido y un objetivo claro. Pero, cada vez que logramos un hito en el juego como vencer a uno de los héroes o expandir el Imperio a un nuevo territorio, el juego hace un salto en el tiempo de más de un siglo y el jugador debe elegir a uno  es elegido emperador para continuar con la misión.

El problema reside aquí. Debido a que podemos escoger al sucesor del emperador, este personaje y el resto de su séquito tienen personalidades nulas. Son simples avatares que se utilizan para representar a las distintas clases disponibles en el juego y no tienen desarrollo a nivel argumental. Para un RPG de la era de los 16 bits, esto puede resultar un tanto decepcionante y más si consideramos a sus congéneres como Final Fantasy IV o Tales of Phantasia.

Puede que los personajes no sean el fuerte de este título y que la historia no sea extraordinaria, pero Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven lo compensa sobremanera con su mejor apartado: el gameplay.

Una joya que pudo cambiar el género en su momento

Si tuviera que definir a Romancing SaGa 2 con una sola palabra, sería “ambicioso”. El título de 1993 se atrevió a cambiar lo que franquicias como Final Fantasy o Dragon Quest habían establecido en cuanto a lo jugable con historias de progresión lineal para atreverse a experimentar con el mundo abierto y la jugabilidad no lineal. Una vez hayamos tomado el control de Gerard,  tendremos varias locaciones disponibles a las que podremos ir para cumplir misiones que, en su mayoría, involucran explorar una mazmorra y acabar con el jefe de dicho lugar.

Si bien algunas son obligatorias para progresar en la historia, otras nos permitirán obtener mejores armas, armaduras, hechizos y hasta nuevos personajes para utilizar en nuestra party. Lo destacable es que no seguimos una secuencia ya establecida sino que podemos visitar cada área en el órden que queramos, resolver la quest de dicho lugar y continuar hacia otro lado.

Luego de vencer a un boss importante, liberar una zona, resolver una quest o, por supuesto, acabar con uno de los siete héroes, se produce un time skip de más de un siglo y el jugador debe elegir a un nuevo emperador o emperatriz. El personaje elegido heredará todos los conocimientos y la experiencia en combate de su predecesor para poder luchar contra los nuevos enemigos del Imperio.

El sistema de sucesión y de dinastía que tiene este título resulta demencial para haber formado parte de un videojuego del 93. Si bien el hecho de que pasen tantos años en la línea temporal del juego puede generar algunas incongruencias con ciertos eventos, esto no afecta tanto al desarrollo de la aventura.

Ahora bien, mencionamos que el nuevo emperador o la nueva emperatriz mantienen la experiencia de su predecesor pero, ¿cómo se obtiene esta experiencia? A diferencia de la gran mayoría de RPGs, Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven no cuenta con un sistema de niveles tradicional.

Los personajes no suben de nivel al conseguir un determinado número de puntos de experiencia por lo que sus atributos base (fuerza, magia, destreza, resistencia y velocidad) no cambian. En cambio, el emperador y su séquito se vuelven más poderosos mientras más utilizan sus respectivas armas.

Cada personaje tiene un nivel de habilidad con cada tipo de arma (espadas cortas, espadones, hachas, varas, lanzas, estoques, arcos y artes marciales) o con cada uno de los elementos para la magia (fuego, agua, tierra, viento, luz y oscuridad). Al vencer enemigos, estos confieren puntos de técnica, los cuales se reparten a cada uno de los niveles de habilidad según el arma que ha sido usada. Si un personaje usa la lanza para atacar, al finalizar el combate recibirá una cierta cantidad de puntos en su habilidad para usar esta arma.

Mientras más nivel de habilidad de arma tenga un personaje, más daño obtendrá del arma equipada. Por ello, los miembros de la party se vuelven más poderosos a medida que la aventura progresa y que salimos airosos de varios combates. A su vez, el mejorar la habilidad del personaje en un arma también puede desencadenar un “glimmer”, representado por una bombilla eléctrica.

Si nuestro personaje ataca con un arma que tiene este símbolo al lado en el menú, puede aprender una nueva habilidad especial, más poderosa, con una mayor área de efecto o con un efecto secundario tal como aplicar ceguera o parálisis. Esto nos invita no solo a derrotar monstruos, sino también a experimentar usando diversas armas para ir desbloqueando estos nuevos poderes.

La cantidad de habilidad que nuestros guerreros pueden aprender es inmensa y si consideramos que esto mismo también aplica para la magia y que algunos poderes de las armas también tienen propiedades elementales, tenemos ante nosotros un extenso y complejo sistema de combate con una progresión bastante fuera de los cánones marcados por los títulos más clásicos del género.

Esto no es todo, también tenemos las formaciones militares que la party puede adoptar para obtener mejoras al entrar a la batalla o para que los enemigos se concentren en atacar a ciertos personajes en lugar de a otros. En un inicio, estamos limitados a solo una o dos formaciones, pero más se van desbloqueando cada vez que un nuevo personaje asume el liderazgo del Imperio, añadiendo una capa más profunda de estrategia al combate.

Otros sistemas que contribuyen a complejizar aún más la jugabilidad de este título son las habilidades innatas de cada clase que desbloquean tras triunfar en un cierto número de peleas; la gran cantidad de armas, escudos, armaduras y accesorios que podemos comprar, forjar u obtener en las mazmorras o acabando con enemigos, una plétora de objetos y los United Attacks: ataques que combinan habilidades de dos, tres y hasta cuatro miembros de la party para causar daños devastadores a los enemigos una vez que se llena la barra Overdrive golpeando las debilidades de los oponentes.

Fuera de las luchas, tenemos algunas opciones que también nos brindarán recursos para afrontar los peligros que nos aguardan en Varennes. A medida que expandimos el territorio del Imperio, podemos utilizar coronas (la moneda del juego) para crear nuevas instalaciones en Avalon tales como una herrería, un laboratorio de encantamientos, unos jardines para mejorar la cantidad de monedas que obtenemos tras cada combate y hasta una universidad para obtener objetos valiosos.

Y si piensas que todo lo que el juego nos ofrece es demasiado, más vale cambiar de idea rápidamente ya que Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven es un título bastante retador y hasta me atrevería a decir que es mucho más difícil que la gran mayoría de RPGs modernos. Los combates contra jefes, los highlights del juego, te obligarán a exprimir al máximo todos los sistemas y recursos que tengas a tu disposición si lo que deseas es salir victorioso para continuar con tu travesía.

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Pero ¿qué es lo que lo vuelve tan difícil? No solo está el hecho de que los enemigos pueden acabar con cada uno de los miembros de tu party con solo dos o tres ataques, sino que además cada uno tiene una cantidad de puntos de vida o LP.

Cada vez que un personaje cae derrotado al perder sus puntos de salud, pierde también un punto de vida. Es posible revivirlo con magia o con objetos, pero si los puntos de vida del personaje bajan a 0, muere y ya no puede usarse hasta que un nuevo emperador asume el cargo. Lo importante es que esto también aplica al emperador. Es decir, si tu emperador pierde todos sus LP, morirá y deberás elegir a un nuevo emperador antes de tiempo.

Es refrescante experimentar un videojuego que te lleva al límite de tus capacidades en una época en la que son cada vez más los títulos que optan por llevar de la mano a los jugadores en términos de dificultad. Si bien es cierto que esto se debe a que es un remake de un título de los 90, reconocidos por ser más difíciles que los modernos, es mérito del equipo desarrollador el haber mantenido tanto la esencia del gameplay como su reto. Si eres de las personas que aprecia la jugabilidad por sobre el resto de los apartados de un videojuego, Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven te tiene totalmente cubierto.

El encanto de los 16 bits en un motor 3D

Al ser un remake hecho y derecho del Romancing SaGa 2 original, Revenge of the Seven cuenta con un apartado gráfico mucho más moderno. Para empezar, los sprites y escenarios de 16 bits han sido trasladados a un motor tridimensional que recuerda mucho a títulos como Trials of Mana o el más reciente Visions of Mana.

Puede que las animaciones o los modelos 3D no estén a la altura de portentos técnicos de Square Enix como las entregas de la saga Final Fantasy, pero se nota que los desarrolladores respetaron los diseños de personajes y monstruos del clásico para ofrecer algo a la altura. La dirección artística. sin ser extraordinaria, es cumplidora. Los efectos visuales para las habilidades y las magias o los escenarios con esa estética de fantasía medieval se tradujeron de forma bastante sólida al nuevo motor.

Una mención especial a la banda sonora del gran Kenji Ito, compositor de la música del título original y de la gran mayoría de las entregas de esta franquicia. El sonido de este maestro es uno de los elementos más característicos de SaGa y con gran razón. El trabajo de Ito en el clásico del 93 fue una auténtica maravilla y para este remake se encargó de arreglar todo el material con instrumentos más modernos.

El apartado sonoro del juego es sublime, con grandes temas de batalla que harán que goces de cada uno de los enfrentamientos contra enemigos aleatorios o los jefes así como también con canciones inmersivas para los páramos y las mazmorras que recorremos durante la aventura para acabar con los Siete Héroes.

La actuación de voz tanto en inglés como en japonés también es bastante destacable y complementa a la perfección el apartado visual del título. Sin duda alguna, el estudio aprovechó al máximo el presupuesto que le fue asignado para crear la versión ideal de Romancing SaGa 2 para audiencias modernas en mente.

Un clásico traído a tiempos modernos como debe ser

Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven es la prueba de que un remake de un videojuego de antaño puede codearse sin problemas con títulos modernos siempre que el estudio respete su legado. Es impresionante que todo lo que tenemos en este título en cuanto a la progresión de la historia y la jugabilidad ya estaba disponible en la versión original lanzada en 1993 y solo nos queda imaginar lo que hubiese sido de los RPGs si este videojuego hubiese llegado a esta parte del mundo.

No obstante, para eso tenemos este remake. Para que todos aquellos entusiastas del género que no pudimos disfrutar del clásico en su momento podamos redescubrir una auténtica joya repleta de ideas novedosas, frescas y que no temen romper lo ya establecido. Si lo que buscas es un título retador que no se asemeje a lo que ya tenemos en el mercado y, muy posiblemente, a lo que hemos tenido durante los últimos años, no pierdas de vista este maravilloso videojuego. La versión definitiva de Romancing SaGa 2 y la que todos los fans del RPG deberían disfrutar.

Esta reseña fue escrita luego de jugar una copia digital de Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven brindada por Square Enix para PlayStation 5. El juego está disponible en PC, PlayStation 4, PlayStation 5 y Nintendo Switch.