Gracias a Goat Simulator, los juegos con la palabra «simulator» en el título se han convertido en una especie de broma. Algunos pocos todavía pretenden replicar el trabajo o el estilo de vida escogido con precisión, pero muchos otros sólo dan una bofetada al escenario o con personajes tontos. En ese sentido, Drug Dealer Simulator no es de ninguna manera algo reflexivo sobre los efectos de vender drogas en un vecindario, pero es más elaborado de lo que su aspecto general sugiere.
Probablemente puedas adivinar el núcleo del gameplay de Drug Dealer Simulator. Puedes dar a los posibles «clientes» regalos para engancharlos y evitar a la policía que puede detenerte y cachearte en cualquier momento.
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No obstante, hay un par de opciones bien pensadas que van más allá de la novedad de «jugar a ser criminales».
Uno de los aspectos interesantes es que puedes mezclar tus propias drogas e incluso darles nombres ridículos en las calles.
PC Gamer se dio la chance de mezclar sus anfetaminas con bicarbonato de sodio, aumentando su beneficio por unidad. ¿Pero el comprador se daría cuenta? No en el caso de PC Gamer.
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Del mismo modo, Rock Paper Shotgun se enamoró de los terriblemente renderizados NPC, cuyas voces definieron como un jolgorio. Bueno, para ser sincero, creo que a veces un juego se ve mejor cuando no es necesariamente bonito, y parece que ese es el caso con Drug Dealer Simulator.
Si te sientes con ánimos de jugar algo lo suficientemente tonto, entonces te diré que Drug Dealer Simulator ya se encuentra en Steam.