Dragon Quest III HD-2D Remake es, tal como su nombre indica, un remake de la obra desarrollada por Chunsoft y Enix allá por 1988. Esta reimaginación de este clásico estuvo a cargo del Team Asano de Square Enix y Artdink, estudios que ya colaboraron anteriormente en títulos como Triangle Strategy, y fue planeado para celebrar el 35 aniversario de esta importante franquicia.

El lanzamiento original de Dragon Quest III fue toda una sensación y un fenómeno cultural en su natal Japón ya que, gracias al terreno preparado por las dos primeras entregas, este título se convirtió en uno de los más anticipados tanto por los jugadores veteranos como por los que comenzaron a interesarse en la saga por su creciente popularidad.

Historias sobre estudiantes y trabajadores ausentándose de sus actividades para adquirir una copia del videojuego y hasta la decisión de lanzar títulos de Dragon Quest solo los fines de semana debido al éxito masivo de la tercera parte abundan hasta el día de hoy y, si bien no sabemos a ciencia cierta si todo esto es legítimo, una cosa es segura: la saga no sería lo que es a día de hoy en Japón si no hubiese sido por esta obra.

Por desgracia, este éxito no pudo ser replicado en Occidente. El lanzamiento de la versión en inglés del juego no sucedió sino hasta 1992, 4 años después del original en la “Tierra del Sol Naciente” y con las consolas de 16 bits ya disponibles en el mercado. Por ello, muchos jugadores no estuvieron interesados en regresar a un hardware antiguo solo para ver lo que este título tenía para ofrecerles.

¿Por qué es importante mencionar todo esto? Pues por el hecho de que Dragon Quest III es, en muchos sentidos, una de las bases más sólidas e influyentes del RPG. Piedra sobre la que centenas de aventuras serían construidas e inspiración para legiones de desarrolladores de videojuegos de Japón que en la actualidad ya se han formado un nombre en la industria.

La importancia histórica de este título es enorme y las expectativas que los fans de la franquicia tenían en su remake solo eran equiparables a su legado.Con un apartado gráfico renovado con un estilo bastante similar al de la saga Octopath Traveler y mejoras de calidad de vida que lo colocan a la par de otros exponentes del RPG moderno como principales novedades, aquí te contamos si Dragon Quest III HD-2D Remake está a la altura del revolucionario título en el que se basa.

La travesía del héroe para aniquilar al archidemonio

Uno de los apartados que no han recibido muchos cambios en este remake es la historia, la cual es idéntica a la del Dragon Quest III original. En su décimosexto cumpleaños, el protagonista se dispone a dejar la seguridad de su hogar en el reino de Aliahan para recorrer el mundo en busca del archidemonio Baramos, el cual busca subyugar a la humanidad con su ejército de monstruos, tras recibir el mensaje de un misterioso ente en su sueño.

El héroe es hijo de Ortega, un valiente guerrero que intentó hacerle frente al ejército del villano, pero lamentablemente no se supo más de él. El rey de Aliahan decide confiar la misión de su padre al protagonista con la esperanza de que este sea aquella persona destinada a regresar la paz al mundo y salvar a la humanidad.

Para lograr esta hazaña, el héroe deberá reclutar poderosos y confiables aliados para que lo acompañen en la enorme travesía que le espera, recorriendo múltiples pueblos y ciudades para encontrar cualquier pista existente sobre el paradero de Baramos, lograr llegar a su guarida y poder acabar con esta amenaza.

Si lo que esperas es un argumento que te cambie la vida o alguna locura de proporciones cósmicas, la historia de Dragon Quest III no va de eso. Es una épica aventura en un mundo de fantasía medieval, sí; pero no es algo que rompa con algunos de los tropos más convencionales de este género. Por supuesto, esto no quiere decir que sea malo necesariamente. Su naturaleza sencilla lo convierte en una excelente puerta de entrada para cualquier persona que quiera disfrutar de un RPG y no esté muy curtido en este tipo de videojuegos. 

La trama es simple, propia de uno de los videojuegos pioneros de este estilo, pero aún así logra sorprender con unos cuantos giros y revelaciones cerca al final. En aquella época, su desenlace causó revuelo entre los entusiastas de la franquicia, quienes vieron recompensada su dedicación a los anteriores títulos de la serie.

En cuanto a los personajes, este es probablemente uno de sus puntos más criticables. Si bien tenemos un mayor desarrollo de Ortega gracias a las nuevas cinemáticas y flashbacks que se han incluido en esta versión, lo cierto es que tanto el héroe como los miembros de nuestra party se limitan a ser los instrumentos mediante los cuales completaremos nuestra aventura y nada más. Meros avatares que pelearán por nosotros y que se enfrentarán a todos los desafíos que nos esperan, pero sin ningún peso argumental.

Esto se debe al diseño del gameplay que explicaremos más adelante, pero hay que reconocer que entregas posteriores de la saga y hasta obras inspiradas por este título trabajarían mucho mejor este apartado en los siguientes años hasta convertirlo en una pieza clave para el desarrollo de un RPG en condiciones.

Si ya has jugado a obras de este género, es probable que el tener personajes con personalidad y desarrollo inexistente te incomode, pero hay que resaltar que hablamos de un RPG que originalmente fue lanzado en 1988 en Japón. Por aquel entonces, las dos sagas de esta vertiente que más estaban atrayendo al público nipón seguían experimentando con varias fórmulas y no sería hasta Final Fantasy II que los personajes serían implementados en la trama apropiadamente.

Por fortuna, lo que sí destaca mucho en este título es su mundo. Los frondosos bosques, vastos desiertos y descomunales montañas que encontramos en estos páramos siguen siendo espectaculares y sobre todo si consideramos que el mapa y los pueblos que encontramos en él están basados en nuestro planeta y en locaciones del mundo real como Japón, Brasil, Portugal, Roma/Italia, Egipto y otros más.

Esto se mantuvo para este remake y, gracias al nuevo motor gráfico, tanto el mundo como cada una de sus ciudades, mazmorras y locaciones importantes lucen mejor que nunca. Los elementos estéticos son mucho más notables, a diferencia de lo visto en NES/Famicom por las limitaciones técnicas de aquel entonces, y dota al mundo de nueva vida. Explorar cada rincón del mapa y maravillarse con las comparaciones con el mundo real es aún más gratificante que antes.

Dragon Quest III fue uno de los primeros RPGs para consola que introdujo un ciclo de día y noche por lo que, a medida que vayamos avanzando por el mapa del mundo, la hora también irá avanzando con nosotros. Cada ciudad cambia considerablemente al atardecer o al caer la noche por lo que, si quieres descubrir todos los secretos que el juego tiene para ofrecerte, deberás tener en cuenta la hora del día al visitar estos lugares.

Recluta compañeros y arma tu grupo de héroes definitivo

Dragon Quest III tomó lo experimentado en Dragon Quest I y II, así como también lo visto en el primer Final Fantasy y varios RPGs occidentales que inspiraron al creador de la franquicia Yuji Horii como Ultima y Wizardry, y lo simplificó para que sea mucho más digerible que un juego de rol de computadora o de mesa durante su lanzamiento original en la Famicom de Nintendo. Por supuesto, este gameplay se mantiene para Dragon Quest III HD-2D Remake. 

Apenas empezando el juego, se nos brinda acceso a la Taberna, en la que podremos reclutar a los tres miembros restantes de nuestra party. Podemos escoger los personajes predeterminados que están en la reserva, pero también podemos optar por crearlos desde cero. Esto es mucho más recomendable ya que, además de poder elegir sus nombres, apariencias y voces, podremos acceder al resto de clases disponibles en el videojuego.

Contamos con 8 clases iniciales en esta versión del videojuego: guerrero, artista marcial, mago, sacerdote, mercader, bromista, ladrón y domamonstruos (novedad para este remake).

Cada uno de estos tiene sus propias estadísticas y es bueno para un rol en el combate y hasta fuera de este. Por ejemplo, el guerrero tiene gran cantidad de puntos de salud y una excelente defensa para ser el tanque de la party mientras que el mago, aunque frágil, causa grandes daños con sus potentes hechizos gracias a sus grandes cantidades de sabiduría. El ladrón puede ayudarte a evitar combates contra monstruos o te ayuda a ubicar cofres del tesoro en mazmorras y el mercader puede conseguirte ofertas en tiendas para comprar armas y armaduras más baratas.

Sin contar al héroe, que es imprescindible, solo podemos llevar a tres personajes adicionales en nuestra party por lo que es recomendable tener algo de balance para no sufrir en los combates que se nos avecinan. Por supuesto, nada nos impide experimentar y podemos optar por llevar a tres bromistas como miembros de nuestro grupo si así lo deseamos (y si queremos que el viaje sea doloroso y bastante difícil). La libertad que ofrece Dragon Quest III para nuestras composiciones de party es inmensa.

Esto incrementa con las personalidades de cada miembro de la party. Tanto el héroe como sus compañeros de party obtienen una personalidad al responder una serie de preguntas cuando iniciamos nuestra partida o al ser creados, respectivamente. Dependiendo de la que reciban, ciertas estadísticas recibirán más bonificaciones al subir de nivel. Los “Paragon” ganan mucha más fuerza a costa de un decrecimiento en su agilidad mientras que los “Wit” incrementan bastante su sabiduría pero sacrifican un poco de su agilidad y suerte.

Cada clase también puede acceder a distintos tipos de armas y armaduras, por lo que debemos tener todo esto en consideración al momento de elegir al resto de nuestra party. Tener todas estas opciones en un videojuego de 1988 era impresionante y dotaba al título de una rejugabilidad sin igual en aquella época. El remake logra recapturar esa magia y, si bien ahora existen centenares de propuestas con jugabilidad más compleja o con más opciones de personalización, este título fue el que cimentó las bases para que todas estas pudieran tener un lugar en el mercado. 

Para nuestra aventura, optamos por ir con una composición más clásica conformada por guerrero, sacerdote y mago, pero con la debida planificación, el jugador es capaz de completar el juego con la alineación que desee.

Y eso no es todo. En cierta parte de nuestro viaje, llegaremos a Alltrades Abbey, un monasterio en el que podremos cambiar de clase a nuestros compañeros. Al pasar por esta transformación, el personaje regresará al nivel 1, pero mantendrá la mitad de las estadísticas que tenía al momento del cambio y todos los hechizos que aprendió.

Además, gracias a esta instalación podremos convertir a nuestro bromista en un poderoso sabio o a cualquiera de nuestros aliados si conseguimos un objeto especial durante la aventura. Esta clase es especial ya que, además de tener grandes reservas de puntos de magia, puede aprender los hechizos de curación y soporte del sacerdote así como también los devastadores hechizos de daño del mago.

De por sí, esta mecánica fue una de las más revolucionarias que introdujo el título original al RPG en consolas, pero Dragon Quest III HD-2D Remake incluso logra llevarlo un paso más allá con un simple pero importante añadido: ahora las habilidades de clases como el guerrero y el artista marcial también se mantienen, permitiendo todo tipo de combinaciones asombrosas. Sumando todo esto a las semillas que usamos para mejorar las estadísticas de cada personaje, las personalidades y el equipamiento, tenemos una plétora de opciones para afrontar las batallas contra los monstruos comunes y, sobre todo, contra los jefes.

Planifica tus ataques, acaba con tus enemigos

En lo que respecta al combate, Dragon Quest III HD-2D Remake mantiene el mismo estilo del original. Durante la primera fase, el jugador deberá escoger los comandos de cada uno de los miembros de la party como atacar, defender, usar una habilidad, usar magia, usar un objeto y hasta equipar otra arma o armadura.

También podemos dejar que la IA elija las acciones de nuestros compañeros con la mecánica de “tácticas”, priorizando ciertas opciones según la configuración. Por ejemplo, “no usar MP” para que no gaste puntos de magia o “enfócate en curar” para que vigile la salud de los aliados y asegure que nadie muera utilizando hechizos u objetos de curación.

Un detalle que hay que mencionar es que los monstruos aparecen en grupos o en solitario de forma aleatoria. Si el personaje ataca con un arma o un hechizo que solo apunta a un enemigo, entonces elegirá a uno de los miembros del grupo enemigo. No obstante, si usa un arma como el látigo o si usa un hechizo grupal como Sizz, atacará a todo el grupo escogido. Finalmente, si usa un arma como el bumerán o un hechizo como Bang, atacará a todos los enemigos en pantalla.

Como podemos observar, el área de efecto de nuestros ataques será un factor importante en las peleas contra monstruos y jefes, así como también las habilidades y hechizos que tienen efectos más allá del daño tales como infligir una condición de estado como el sueño, reducir la defensa o el ataque, potenciar la defensa o el ataque de nuestros compañeros y hasta recibir todo el daño que los enemigos hagan a otro miembro de la party.

Hay que resaltar que las acciones no se llevan a cabo al ser elegidas sino que el combate iniciará cuando el jugador elija todos los comandos de los miembros de su party. Cuando esto sucede, cada participante de la batalla -aliado y enemigo- tomará un turno dependiendo de su agilidad y podremos escoger nuestro siguiente movimiento cuando todos hayan tomado su turno.

Tenemos varias opciones a nuestra disposición para enfrentar a los monstruos que se oponen a nuestro progreso y, nuevamente, es importante poner en contexto para reconocer lo extraordinario del asunto: estamos hablando de un videojuego lanzado en 1988 para una consola con miles de limitaciones técnicas.

Puede que varios RPGs occidentales hicieran esto y más por aquellos años, pero Dragon Quest III equilibró las mecánicas para que sean más accesibles para el gran público sin ser demasiado simples como para aburrir a aquellos más curtidos en el género. De momento, el combate ha sido lo más resaltante de esta revisión del juego y, pese a que han pasado más de 35 años, vencer a un grupo de monstruos sigue siendo igual de gratificante.

Un ligero “pero” que podríamos ponerle a esta más que sobresaliente jugabilidad es que, ciertas veces, el orden en el que los miembros de nuestra party y los monstruos enemigos actúan es inconsistente. Incluso si tienen una agilidad alta, esto no asegura que nuestros personajes siempre actuarán antes que el enemigo.

Esto nos invita a no dar un combate aleatorio por sentado ya que nos podría costar la muerte de alguien de nuestro equipo, pero a veces es un tanto frustrante que incluso si invertimos una gran cantidad de tiempo y recursos en incrementar la agilidad de nuestros personajes, no siempre serán los primeros en actuar durante el combate. Esto se hace aún más notable en el late game, cuando los enemigos pueden llegar a actuar hasta dos o tres veces por turno y hasta pueden provocar efectos nocivos en nuestra party como anular su magia, confundirla o paralizarla.

Dragon Quest III HD-2D Remake cuenta con tres niveles de dificultad: “Dracky Quest”, “Dragon Quest” y “Draconian Quest”, o lo que vendría a ser fácil, medio y difícil. En nuestro caso, decidimos afrontar el desafío más alto y podemos mencionar que las batallas contra enemigos aleatorios y jefes son algunas de las más complicadas que hemos experimentado en bastante tiempo.

Superarlas requerirá un entendimiento perfecto de las mecánicas, gran preparación y ejecución sobresaliente, por lo que no es recomendable si nunca has experimentado un título de la saga anteriormente. Por supuesto, el hecho de que tengamos opciones de dificultad a diferencia de otras entregas de Dragon Quest convierten a este remake en una de las más accesibles de la franquicia y hay que destacar el esfuerzo de los desarrolladores por implementar estas opciones para que más personas puedan disfrutar de esta aventura.

Las incorporaciones necesarias para modernizar una obra legendaria

Antes de pasar al siguiente punto del análisis, hay que señalar las múltiples mejoras de calidad de vida que Dragon Quest III HD-2D Remake incorpora para modernizar algunas de las más arcaicas decisiones de diseño y limitaciones del original. La mejora más importante es que el mapa del mundo ahora también nos muestra nuestro siguiente objetivo para progresar con la historia principal o con alguna misión secundaria disponible.

Este videojuego es un tanto más lineal que los RPGs modernos y podíamos descubrir secretos o lo que debíamos hacer a continuación explorando las ciudades y hablando con los NPCs de dichas locaciones, pero ahora es mucho más sencillo gracias a este marcador que aparece en el mapa del mundo. Para alivio de aquellos veteranos que buscan algo más de inmersión, esta opción también puede ser desactivada cuando se desee.

Otra mejora de gran importancia es que ahora podemos cambiar la velocidad del combate. Las peleas contra monstruos y jefes en el original eran bastante lentas y farmear niveles podía llevar una descomunal cantidad de tiempo. Gracias a esta función, ahora podremos elegir entre las velocidades “normal”, “rápida” y “ultrarrápida” para ajustar el flujo de la batalla como el jugador prefiera. Esta es una bendición para esas sesiones de grinding luego de cambiar la clase de los miembros de nuestra party o para obtener más poder antes de enfrentar a un jefe importante.

Tenemos también la posibilidad de recordar conversaciones con NPCs que podremos revisar cuando queramos. Esto nos permitirá mantener a la mano pistas o consejos que alguno de estos personajes nos ofrecen sin tener que regresar hasta el pueblo en el que se encuentran ubicados. En el menú, podemos curar a toda nuestra party de la forma más eficiente posible usando magia u objetos.

Por otra parte, el hechizo Zoom y las Chimaera Wings, elementos icónicos de la saga que nos permiten viajar rápidamente a pueblos y mazmorras que hayamos visitado, puede usarse incluso si estamos dentro de un edificio con techo, en una cueva o túnel. Puede que esto le reste un tanto de importancia al hechizo Evac que nos permite abandonar una mazmorra de inmediato, pero es un cambio que todos apreciarán.

Como añadidos adicionales, tenemos las mini-medallas que se introdujeron a la saga desde Dragon Quest IV y que ya estaban disponibles en la remasterización del juego para Super Famicom. Se tratan de pequeños emblemas que pueden estar ocultos en cualquier parte, desde un jarrón o un barril en una ciudad hasta detrás del trono de un castillo o en lo más recóndito de una mazmorra.

Al reunir un cierto número de estos objetos, podemos regresar a Aliahan y meternos al pozo de la ciudad para visitar la mansión de Morgan Minniman, el entusiasta que colecciona estos artículos, e intercambiarlas por objetos valiosos para nuestra aventura. Armas y armaduras poderosas o útiles accesorios son solo algunas de las cosas que podremos obtener si obtenemos la cantidad necesaria de mini-medallas, así que no hay que olvidar explorar cada rincón.

Finalmente, tenemos los nuevos añadidos al mapa del mundo: los Sparkly Spots y los Secret Spots. Los primeros pequeños puntos brillantes a los que podemos acercarnos para interactuar y obtener objetos, monedas de oro y otros artículos como equipamiento. Los segundos son zonas secretas que se pueden distinguir visualmente del resto de la decoración del mapa. Al entrar en ellos, podremos encontrar objetos o monedas de oro, pero también los recién integrados monstruos amigables, los cuales podremos reclutar siguiendo ciertas condiciones para rescatarlos y para que se unan a nuestras reservas.

Los monstruos rescatados podrán ayudarnos en un nuevo desafío añadido en este remake: las Arenas de Monstruos. En estos escenarios, podremos participar de batallas en las que solo podremos usar a nuestros monstruos y estos se enfrentarán a los monstruos de otros participantes para obtener fabulosos premios y muchas monedas de oro. Las recompensas son bastante atractivas y útiles, por lo que vale la pena invertir tiempo en explorar todos los lugares secretos a diferentes horas del día ya que puede que nos encontremos con nuevos reclutas para nuestra causa.

Un nuevo estándar para los remakes de joyas clásicas

No cabe duda de que el apartado gráfico es lo que más le llamó la atención tanto de nuevos como veteranos jugadores cuando este remake se presentó por primera vez allá en 2021. El estilo HD-2D de videojuegos como Octopath Traveler, Triangle Strategy y el remake de Live a Live le sienta de maravilla a una obra como con tanta importancia histórica como Dragon Quest III y, en nuestra opinión, este debe seguir siendo el estilo con el que viejas glorias de las eras de los 8 y 16 bits deben regresar.

La calidad visual y las animaciones de los sprites de la party, los NPCs y los monstruos es sublime, haciendo justicia a los diseños originales de Akira Toriyama y los nuevos basados en el trabajo del fallecido mangaka que esta vez corrieron a cargo de Yoshiya “Fenyo_N” Fujisaki, reconocido artista japonés que trabaja en el departamento de artes promocionales de Shueisha y famoso por las ilustraciones de la franquicia Dragon Ball que publica en sus redes sociales debido a la extrema similitud entre su estilo y el de Toriyama.

La iluminación, las sombras y otros elementos contemplados en este apartado también están muy bien trabajados. Salir de aventura y ver la puesta de sol mientras exploramos el mundo de Dragon Quest III HD-2D Remake es una experiencia que todo entusiasta de la saga y, sobre todo, de la obra original de 1988 debería experimentar.

Vale la pena precisar que, si bien el estilo gráfico y la dirección artística son muy similares a las de Octopath Traveler, lo cierto es que el extremo cuidado en los detalles, los diseños de las plumas de Toriyama y “Fenyo_N” y, por supuesto, el carisma innato que la franquicia Dragon Quest siempre ha tenido desde su primera entrega evitan que este remake sea un mero traslado de Dragon Quest III al motor gráfico HD-2D de Square-Enix: es mucho más que eso.

A pesar de que los personajes son solo sprites de alta calidad, las coreografías para las cinemáticas incluidas para momentos importantes de la historia están muy bien trabajadas y todo esto demuestra el inmenso cariño y respeto que los desarrolladores que trabajaron en el remake tienen por el material original. Como bien mencionamos antes, Dragon Quest III fue parte fundamental de la infancia de miles de japoneses y los motivó a perseguir su pasión para ser parte de la industria de los videojuegos.

Cada pueblo, locación importante y mazmorra cuenta con una estética única que el lanzamiento original no podía darse el lujo de exhibir debido a las limitaciones técnicas de la época y todo luce tan bello, colorido y vivo que es difícil no soltar el control y observar detenidamente la pantalla en busca de todos los detalles que el equipo desarrollador incluyó en el diseño de los escenarios. 

La banda sonora también es digna de admiración. El score original fue compuesto por Koichi Sugiyama, eminencia de la música en Japón por su trabajo en animes, películas, dramas y videojuegos. Si bien las composiciones del maestro para Dragon Quest III también se vieron limitadas por el chip de sonido de la Famicom, la proeza del compositor radicó en lograr evocar sentimientos tan potentes en los jugadores como el peligro, el heroísmo, el compañerismo, y, por supuesto, la sensación de aventura y todo lo que eso conlleva con tan solo sonidos electrónicos que no podían siquiera compararse con la música clásica en la que el maestro fue formado.

Temas como Fighting Spirits, la bellísima Heavenly Flight, Sailing, Jipang, Around the World, Hero’s Challenge y la apoteósica Adventure forman parte de esta banda sonora que, si bien no es muy extensa en comparación con las de muchos otros juegos del género, no deja de ser una auténtica clase maestra de cómo debe sonar el acompañamiento musical de una epopeya de las características de Dragon Quest III.

Dragon Quest III HD-2D Remake cuenta con una nueva versión de la banda sonora grabada en exclusiva para este videojuego. El resultado es una auténtica maravilla que pondrá los pelos de punta a cualquier entusiasta de la música de Sugiyama y de la franquicia en general. Si bien el resultado es un tanto similar al del álbum interpretado por la Orquesta Filarmónica de Tokio, lo cierto es que existen algunas diferencias que lo convierten en una bestia distinta a la que ya oímos con la remasterización lanzada para Super Famicom.

Oír estas reinterpretaciones mientras nos aventuramos a lo desconocido con el único propósito de encontrar el paradero de Ortega y para acabar con el reino de terror de Baramos es una experiencia sublime cargada de nostalgia de la buena.

Rendimiento técnico y localización

Antes de finalizar, es importante mencionar que el título corre fenomenalmente en PlayStation 5. No notamos alguna caída importante de cuadros por segundo ni detectamos algún bug visual en las más de 80 horas que invertimos en Dragon Quest III HD-2D Remake.

En cuanto a la localización, Square Enix nos permite elegir entre la actuación de voz en inglés o en japonés para el audio y entre inglés, francés, italiano, alemán, chino tradicional, chino simplificado, japonés, español y español latinoamericano para el texto. El esfuerzo de la compañía porque cada jugador pueda disfrutar de esta aventura en su respectivo idioma es evidente y es algo que hay que aplaudir.

En nuestro caso, elegimos el español latinoamericano al iniciar nuestra partida, pero no tardamos en notar un pequeño pero relevante detalle: los hechizos en esta localización pierden sus nombres característicos de onomatopeyas.

Tanto en japonés como en inglés, los hechizos de la franquicia tienen nombres bastante característicos y ya establecidos que se repiten en todas las entregas. Algo como el “Firaga”, “Blizzaga” y “Thundaga” de Final Fantasy o el “Agi”, “Bufu”, “Garu” y “Zio” de Persona. Por desgracia, estos nombres se pierden durante la traducción y en lugar de algo como “Frizz” (el hechizo básico de fuego para un solo objetivo), tenemos “miniataque ígneo”.

Esto no está mal en lo absoluto y hasta resulta más explicativo, pero Dragon Quest es una saga que siempre ha resonado por su carisma en todo aspecto, por lo que no tener estos nombres alguna contraparte a nuestro idioma de los mismos es bastante notorio. Esto no perjudica la experiencia en lo más mínimo y se trata de una pecata minuta para un viejo fan de la saga, pero mi amor por la franquicia me impide no mencionarlo.

Otro detalle que hay que destacar es que si bien la actuación de voz en japonés es magistral, como lo suele ser siempre, la versión en inglés tiene un detalle que el idioma original no replica y ese es el uso de palabras, jergas y expresiones en los idiomas que se hablan en las contrapartes de los pueblos del juego en el mundo real.

Como explicamos antes, el mundo de Dragon Quest III HD-2D Remake está basado en nuestro planeta con todo y sus países, por lo que la localización al inglés incluye, por ejemplo, el uso de italiano por parte de los NPCs de Romalia o portugués en los de Portoga y Manoza. Al igual que los nombres de hechizos, esto es algo que probablemente el público que no está muy al tanto de la saga ignorará, pero son detalles que los fans veteranos siempre apreciamos y agradecemos a los encargados de este apartado.

La versión definitiva de la aventura que cambió las reglas del RPG

Dragon Quest III HD-2D Remake es lo que toda readaptación de un videojuego clásico y querido debería aspirar a ser. Este proyecto nació para celebrar el 35 aniversario de la franquicia y, por ello mismo, es evidente el cariño, respeto y agradecimiento que los desarrolladores tuvieron por el título original. Son estos sentimientos los que contribuyeron para crear una experiencia que, además de revitalizar a un videojuego tan antiguo e influyente como Dragon Quest III, también demuestra que con un renovado apartado gráfico  y las mejoras de calidad de vida adecuadas, esta obra no tiene nada que envidiarle a videojuegos más modernos.

Dragon Quest III HD-2D Remake es una bella carta de amor para todos los fans de aquel videojuego que cambió la industria del videojuego y que inspiró a tantos creadores en su natal Japón. Es una oda a aquel videojuego que se atrevió a ambicionar más para convertirse en la base sólida sobre la que futuras generaciones se animarían a construir.

No lo dudes más, si lo tuyo son los RPGs, si adoras los videojuegos japoneses y si tienes curiosidad por conocer al título que inspiró el trabajo de varios de los desarrolladores más influyentes de la industria del gaming en tierras niponas, Dragon Quest III HD-2D Remake es para ti. Si buscas un videojuego con el que poder adentrarte más a la saga y al género en sí, este título también puede ser una excelente entrada debido a su naturaleza accesible y a su complejo, pero entretenido gameplay.

Incluso si la trama es sencilla y sus personajes no están a la altura de otros que hemos visto en el género desde su salida allá por 1988, lo cierto es que ser un pionero y, no solo eso, ser EL pionero de una vertiente de nicho con fans tan apasionados como el RPG tiene un peso histórico incomparable. Dragon Quest III HD-2D Remake es la versión definitiva de este legendario videojuego y es la forma en la que todos deberían disfrutarlo.

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Esta reseña fue escrita luego de jugar una copia digital de Dragon Quest III HD-2D Remake brindada por Square Enix para PS5.

PUNTOS BUENOS

Un mundo cautivante con ciudades, mazmorras y páramos dotados de una vida y estética exquisita. Jugabilidad que toma la complejidad de un RPG de computadora y lo adapta a una experiencia más sencilla, pero con la suficiente cantidad de desafío y opciones de personalización para atraer a la gran audiencia de las consolas. Cuenta con mejoras de calidad de vida y nuevo contenido para que la aventura sea aún más digerible que sus contrapartes del pasado. El apartado gráfico es magnífico con excelentes diseños de personajes y monstruos, así como también con un excelente trabajo en los escenarios, pueblos y mazmorras. La nueva versión de la banda sonora de Koichi Sugiyama está a la altura del legado de Dragon Quest III.

PUNTOS MALOS

La historia es simple y puede haberse quedado un tanto relegada ante las extravagantes propuestas del género RPG. Nula construcción y desarrollo del elenco protagonista en favor del gameplay. La imposibilidad de controlar el orden de los turnos en combate puede ser un poco incómodo en ciertas instancias.

CONCLUSIÓN

Dragon Quest III HD-2D Remake es lo que toda readaptación de un videojuego clásico y querido debería aspirar a ser. Es una bella carta de amor para todos los fans de aquel videojuego que cambió la industria del videojuego y que inspiró a tantos creadores en su natal Japón. Incluso si la trama es sencilla y sus personajes no están a la altura de otros que hemos visto en el género desde su salida allá por 1988. Su complejo, pero entretenido gameplay, su apartado gráfico de locura y su magna banda sonora lo convierten en la forma definitiva para disfrutar de esta obra cargada de importancia histórica.