MindsEye, el ambicioso juego del estudio Build A Rocket Boy, ha tenido un lanzamiento sumamente accidentado. A diferencia de otros títulos polémicos como Cyberpunk 2077, que lograron redimirse con el tiempo, este nuevo proyecto no muestra señales de mejora. En medio del caos, la controversia ha crecido con acusaciones de que el estudio estaría utilizando bots para publicar reseñas positivas en redes sociales, lo que ha encendido aún más las críticas.
Las sospechas comenzaron a circular cuando usuarios en redes detectaron múltiples publicaciones con mensajes prácticamente idénticos elogiando el juego. El periodista Kirk McKeand, de GLHF, fue uno de los primeros en denunciar públicamente la situación, mostrando evidencia de que muchos de estos elogios contenían frases similares al hablar de MindsEye. Esto reforzó la teoría de que no se trataba de opiniones genuinas, sino de contenido automatizado.
En respuesta a estas acusaciones, el estudio salió al frente a través de su cuenta oficial de Twitter. En un comunicado, afirmaron con firmeza que nunca han usado bots ni planean hacerlo. Bajo el hashtag #NoBots, Build A Rocket Boy trató de desacreditar los rumores y reafirmó su compromiso con la comunidad, señalando que el entusiasmo en redes proviene de verdaderos jugadores que disfrutan del juego tras su más reciente actualización.
Sin embargo, el hecho de que los mensajes sospechosos compartan una estructura tan parecida ha llevado a pensar que podrían haber sido generados por fans o incluso terceros con otros intereses. También existe la posibilidad de que no sean bots, sino simplemente reacciones espontáneas mal interpretadas. Aun así, la duda persiste y afecta la percepción pública del título.
Más allá de los bots, el verdadero problema de MindsEye es su catastrófico debut. Desde el primer día, se registraron quejas masivas y solicitudes de reembolso, incluso por parte de jugadores en PlayStation, algo que rara vez ocurre y que remite al infame lanzamiento de Cyberpunk 2077. El juego ha sido calificado como el peor valorado del año hasta ahora, lo que complica aún más su futuro.
En este contexto, Build A Rocket Boy intenta mantener la moral alta y rescatar lo positivo que quede de esta situación. Sin embargo, la combinación de problemas técnicos, mala recepción y ahora el escándalo de los supuestos bots, pinta un panorama muy difícil. La empresa enfrenta no solo un desafío técnico, sino también una crisis de confianza por parte del público.